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Moncloa está podrida

Nauseabundo, cloaca , alcantarilla, mafia. Y en ese ambiente putrefacto, Sánchez justifica los medios por el fin: “Adaptamos nuestros principios a las necesidades de cada momento”.

Es evidente que resulta de imperiosa necesidad  el que el ingreso para Judicatura o fiscalía exige una prueba psicotécnica exhaustiva de la salud mental, temperamental e inclinaciones sociales de cada candidato, prueba realizada por expertos, no reducidas a una prueba rutinaria y periódica. 

La visita a Tribunales de Justicia, tanto unipersonales como pluripersonales, acredita que, en muchas ocasiones, las reacciones y conducta de sus titulares están pidiendo dichas pruebas.     

La conducta de García Ortiz es una buenísima prueba de ello.

El Fiscal General del Estado no puede ser el “mandao”, la oveja, el esclavo de  Sánchez, no puede ser uno más de su rebaño, de su secta, llegando ese Fiscal General a amenazar en la televisión monclovita a la sociedad española con delinquir.

Vale todo con tal de que el “César” siga manteniendo su poder y vale todo  en defensa de su presunta corrupción . De esa presunta corrupción participan y se benefician todos. La Moncloa huele a podrido.

La prensa internacional se hace eco de los desmanes y presunta corrupción de Sánchez y su entorno, pero el Gobierno se atrinchera tras los escándalos que le acorralan.

Le Monde, Público, Bolmberg, Le Fígaro, The Economist, califican la situación de Sánchez, familia y gobierno, sin precedentes.

Lo peor de cada familia política de izquierdas “de caviar”, ha okupado Moncloa, con el “encaje” de gran parte de  la sociedad  española. 

¿De qué le sirve a España la Unión Europea, si admite la dictadura y la presunta corrupción  y desmanes de Sánchez? 

“Entre un gobierno que lo hace mal y un pueblo que lo consiente hay una complicidad vergonzosa” (Víctor Hugo). 

La ignorancia del votante pone en peligro la seguridad de todos” ( Kennedy).

“Entre un gobierno que lo hace mal y un pueblo que lo consiente hay una complicidad vergonzosa” (Víctor Hugo).

Es penoso, dramático, ver cómo España se va por el desagüe.  “No era esto, no era esto“, dijo Ortega y Gasset.

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