Última actualización el febrero 20, 2025
Son los intentos de las dictaduras de imponer el lenguaje inclusivo desde arriba.
Los dictadores intentan hacerse con el control del lenguaje, para imponer una manera excluyente de concebir la realidad, “su realidad”, incluso a costa del sentido común.
El asalto “woke”, o destrucción del lenguaje trata de imponer el “pensamiento único” en el sexo y ahora trata de invadir la Universidad.
Lenin, al llegar al poder adoctrinó a jóvenes para que se encargaran de difundir las nuevas ideas bolcheviques. Es conocida la magnitud de las actitudes y sistemas de la juventudes hitlerianas e, igualmente conocidos los guardias rojos, adolescentes, que fueron los mejores ejecutores de la “revolución cultural de Mao”, desde el poder dictatorial en China.
Estas tendencias se aplicaron a las relecturas de los clásicos, para los casos en que no estuvieran en la línea de ese “pensamiento único”.
Este revanchismo, este resentimiento es una de las vías para imponer ese “pensamiento único”. Un mensaje autoritario, una directriz autoritaria.
El llamado “principio de igualdad” los dictadores lo traducen e interpretan según sus propias conveniencias. Se trata de una “pretendida igualdad”, con independencia de las circunstancias personales de cada individuo.
Las dictaduras se construyen bajo tres bases: Monopolización de la iniciativa económica, de la iniciativa cultural y de la iniciativa política, unidas a un aparato opresor en cada uno de sus sectores.
También, evidentemente, en la dictadura sanchista.
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