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Teocracia, dictadura

Lo hizo Goebbels en la Alemania nazi, lo hizo Musolini en su dictadura italiana, lo hace Putin en la Rusia soviética, lo hace Maduro en su dictadura bolivariana, lo hace Sánchez en su dictadura.

Mientras el pueblo se entretiene con las plataformas televisivas, las “cañitas, el fútbol, el “finde”, vive anestesiado del presente y del futuro que le espera , “pan y circo” para ese pueblo. Lo mismo hacía el dictador Franco.

Las trampas de Sánchez ya no engañan a nadie, los “numeritos publicitarios” para la entrega de viviendas, que no son tales, aparte de estrambóticos, ya no engañan a nadie.

Sánchez hace muchos años que está en su dictadura, para eso forzó la moción de censura contra Rajoy. Quiso vengarse de su expulsión de su propio partido y utilizó a los españoles, mintiendo en una moción de censura valiéndose de una frase en una Sentencia que después el Supremo anuló, pero a Sánchez le sirvió esa frase, anulada después, para conseguir el poder. Era su revancha de aquella expulsión. 

Es un psicópata “de libro”, no siente empatía hacia los demás, solo obedece a su narcisismo. No siente el mal que hace, y lo hace  en beneficio suyo. Es un dictador.

Esa es la vida de Sánchez, engaños, trampas, fraudes, mafia, y gracias a todo ello y a sus cómplices y encubridores, que le aplauden y reverencian, sigue en su poder dictatorial.

Hace ya mucho tiempo que desprecia al poder legislativo y le ignora, no le interesa, él quiere gobernar solo, el Poder legislativo, le molesta, le incordia. Su dictadura actúa en el “marco” de una democracia, y se vale de ese “marco”, para resistir en el poder.

 “The Economist” acusa a Sánchez de aferrarse el cargo “a costa de la democracia española” .

La agencia Bloomberg arremete contra Sánchez por sus “escándalos de corrupción”. ”Está contra las cuerdas”.

Sánchez no cree en España, no cree en los españoles, solamente la utiliza, solamente los utiliza.

Sánchez no tiene un proyecto, ni  un plan, no tiene ideas, no tiene cultura política, ni falta que le hace, él dicta órdenes, es su dictadura. Solamente se vale de la política para sostenerse en su dictadura. Su único “plan” es una calculadora con la que va calculando los votos a comprar y sus “paniaguados”, sus “adláteres”, su aplaudidores, como “focas”, le sostienen y no le deja caer, porque los chantajistas independentistas sacan de él todo lo que quieren, a cambio de seguir en la Moncloa, en el poder, y sus “socios” de gobierno, le sostienen porque sin el dictador  no tienen dónde ir.

Quiso hundir a la Comunidad Valenciana porque está gobernada por el Partido Popular y Sánchez quería los votos de los valencianos, y no le importó el terror, las desgracias, la ruina  de los valencianos: “Que lo pidan”.

El quiere los votos de la Comunidad Valenciana y no le importaron los medios para conseguirla: 

“El fin justifica los medios”

“Nuestros valores los acomodamos a las necesidades de cada momento”

“Hacemos de la necesidad virtud”. 

Esta es la forma de vida del dictador Sánchez.

Mientras, esa izquierda ignorante y “populachera” continúa con sus ignorantes “fuera  OTAN, fuera bases USA, alianza de civilizaciones”. Son los alumnos de MADURO. La izquierda de “caviar” que llama Isabel Díez Ayuso.

Ya no sabe qué hacer para poder continuar en el poder, cuando ve que el poder “se le va de las manos”. 

Para resistir utiliza  subterfugios, trampas parlamentarias, chantajes, vende España.

El caso es hacer caer al adversario   utiliza las instituciones y sus prácticas mafiosas. Sus adláteres, sus borregos siguen sus “mantras”  acusando calumniosamente calificativos “asesina y genocida” contra  su adversaria Díez Ayuso.

Sus asesores están ciegos: No se percatan de que cuantos más insuntos, unjurias y calumnias , más votos le dan a Díez Ayuso. Su mafia aquí falla.

Sánchez “vive , sin vivir en él“. Todas sus risas son postizas y nerviosas. Pero aguanta porque independentistas y socios de gobierno tienen con Sánchez un chollo, los unos porque exprimen a España y los otros porque no tienen dónde ir.

En las próximas elecciones, esa derecha de “pan y circo”, tiene la palabra.

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